lunes, 18 de abril de 2016

Cenicienta pierde una pantufla

Cenicienta pierde una pantufla

     El padre de Cenicienta, viudo, se casó con una mujer con dos hijas. Al morir él, las hermanastras de Cenicienta la burlaban por ser fea y sucia, la obligaban a limpiar la casa. Ella, como no era tonta, se oponía a hacerles caso, se iba todos los días a bailar y dejaba a las hermanastras y a la madrastra cocinando y limpiando.
     Un día, el príncipe petiso y gruñón de la ciudad, organizaba una fiesta para encontrar a su futura esposa, pero la madrastra no dejó ir a Cenicienta y la encerró en su cuarto. Ella se quedó llorando hasta que apareció un ogro mágico que le dio una bicicleta y un par de pantuflas para ir al baile.
     En el baile, Cenicienta y el príncipe empezaron a bailar, pero ella se tuvo que ir porque se dio cuenta de que tenía un agujero en la pollera. En el camino se tropezó y perdió una pantufla. El príncipe encontró el calzado y decidió que se casaría con quien lo hubiera perdido.
     Luego, se dio cuenta de que era de Cenicienta y la quiso obligar a casarse, pero ella no quiso y le puso la excusa de que estudiaría en la universidad cuando, en realidad, se quedaría todo el día en su casa.
     El príncipe la descubrió y la metió en la cárcel.
   Luego de unos años, le propuso casamiento a una de las hermanastras de Cenicienta, ella acepto y vivieron felices para siempre.


    

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